miércoles, 18 de junio de 2008

La fulana aburrida.


"La fulana cumplió su promesa: ser por una noche lo que siempre quiso ser y luego dejar de ser lo para no caer en la monotonía. Haciendo ese segundo único en su vida."
La fulana aburrida.La fulana no era de esas chicas que se quemaban por el sólo hecho de vivir en llamas.No dormía sin antes lavarse los dientes, saludar a sus padres, escribir su diario íntimo confesándole a las páginas la monotonía de un nuevo día igual que el de ayer y antes de ayer.La fulana salía de tacos altos a comprar el pan y las veredas del barrio eran una gran pasarela para las miradas indecentes que perseguían sus pasos. Tomó mi mano una tarde cualquiera y me dijo, estoy aburrida, sálvame de mi vida.Falsificamos sus documentos y nos fugamos al otro lado de la calle donde todo era distinto para ella.Ella no quería ser ejemplo de lo correcto. Su mundo de muñecas le había quedado chico, el pesebre que sus padres le habían construido parecía indestructible como el capitalismo.Quise poner cordura en un instante, diciendo que tenía todo, que no le faltaba ni el pan, ni la buena clase, ni el status, ni el buen apellido como corona para ser una reina.Hazme el amor, susurro en mi oído. Entonces el gran discurso de moralidad decidí dejarlo para otro momento o para otra fulana.Esta sólo quería por un momento dejar las dietas, la revistas de alta costura, el colegio de monjas y toda esas mentiras estructuradas que nadie cree pero son necesarias.Llegamos a la esquina, miramos hacia ambos lados de la calle para no morir en el intento y cruzamos corriendo.Eramos libres, habíamos logrado lo imposible. Estábamos agitados, intentando disfrutar, mirándolo todo del otro lado, del otro lado de la calle. Hicimos el amor en las veredas de nuestra libertad.Fumamos, reímos, comimos con las manos el banquete aquella tarde.Estoy aburrida, me dijo después de la tormenta, volvamos, es tarde, mis padres deben estar preocupados.Acomodó su vestido, secó su cuerpo del sudor del amor, peinó su cabello borrando las pruebas que pudieran involucrarla en el delito de sentir sobre el deseo, olvidando las reglas y cruzó sin mirar la calle.Desgraciadamente el conductor del camión de reparto de pollos no la vió cruzando.La fulana gritó, el camión no freno y ella cayó en un gran silencio a la hora de la siesta quedando su sangre derramada sobre el asfalto dibujando un gran signo de disconformidad.

Paren el mundo que aqui me bajo


Por que negarnos frente a nosotros mismos que no nos conocemos.Paren el mundo que aquí me bajo.Que tanta velocidad me marea.......Paren el mundo que aquí me bajo.......Paren el mundo que aquí me bajo.
Como una imagen congelada quisiera quedar y allí el recuerdo sin mas palabras.